sábado, 17 de junio de 2017

Romper inequidades, reto mayor de Internet en AL


Va rápido; pero es lento. Se extiende; pero no de la misma forma para todos.

Internet no deja de crecer en América Latina. De acuerdo con las mediciones quinquenales que la CEPAL ha venido haciendo sobre el nivel de acceso a Internet en Latinoamérica, éste muestra un crecimiento sostenido de 10% anual, en relación con los países que forman la OCDE.

Dos elementos completan esta visión de conjunto. Como bien se sabe, el acceso no es lo único. Especialmente en sociedades en las que imperan indicadores de desigualdad en la distribución del ingreso tan preocupantes.

Los otros dos elementos a considerar son, por un lado, el servicio, y, por el otro, la relación de accesibilidad que mantienen las poblaciones urbanas, donde suelen concentrarse los estratos más educados y con mayor poder adquisitivo, en relación con acceso y servicio que recibe la población que vive en zonas rurales .



Los primeros datos son positivos. Entre un quinquenio y otro, informa CEPAL, el crecimiento global de hogares que tienen acceso a Internet creció en más de un 14%, en promedio. Lo que supone que cruzar la línea imaginaria de la mitad está cada vez cerca.

Al momento en que CEPAL realizó la medición, un 43.4% de los hogares en América Latina y el Caribe contaban con una conexión a Internet. Lo que significó, para ese momento, casi el doble de los que se tenían registrados en 2010.

En términos absolutos de población, en cambio, se ha rebasado ya la cifra de la mitad, y el indicador se ha situado, cinco años después de 2010, en casi 55%.
Sin embargo, aunque se avanza, se reproducen los problemas de calidad en los servicios y falta de equidad en la accesibilidad que en todos los ámbitos presenta la región.

Así, CEPAL señala que ningún país latinoamericano ni del Caribe logró presentar al cerrar el quinquenio velocidades mayores a 15 mbps, en al menos el 5% de las conexiones totales por nación.

En materia de la brecha que se observa entre el acceso y calidad de los servicios entre las áreas urbanas y las rurales, la lista la encabeza Bolivia, donde el diferencial alcanza hasta los 41 puntos porcentuales en penetración de Internet.

Acceso que crece de manera desigual, sin grandes capacidades para brindar un servicio eficiente y equitativo, habrá de ayudar menos de lo que debiera a superar rezagos e inequidades que son, tristemente, sello de la historia de la región.   


Fuente: http://www.infobae.com/america/america-latina/2016/09/13/informe-cepal-crecio-el-uso-de-internet-en-america-latina-pero-sigue-con-baja-velocidad/

@atenoriom
antoniotenorio,com

El autor preside Ad honorem la Asociación civil AlfabetizaDigital, desde 2015

sábado, 1 de abril de 2017

Expansión Digital Móvil en America Latina

conectividad digital portátil



Los celulares, convertidos en smartphones, se han convertido en el cromosoma móvil, que multiplica y expande, la vida y cultura digital en América Latina.

La penetración de Internet en la última década ha crecido en casi un 150% en los últimos siete años.

Este crecimiento está relacionado con el aumento de la penetración de la telefonía móvil como plataforma de conexión a la red.

La región no ha crecido de forma simétrica. Y las diferencias entre las naciones latinoamericana en este ámbito sigue siendo preocupante.


(Fuente: https://www.marketingdirecto.com/marketing-general/latinoamerica/america-latina-hogar-155-9-millones-usuarios-smartphones)

El cambio de modelo en estos años es evidente.

El teléfono móvil se consolida claramente como la plataforma preferida de acceso a Internet para los latinoamericanos y caribeños.

Al grado de que para durante los últimos tres años, menos del 15% del acceso a Internet en América Latina y el Caribe se realizaba mediante una computadora personal.

Se diría que el computador como medio de acceso a la red va de salida, si es que alguna vez tuvo entrada, claro.

Entre 2013 a 2016 hay países como México, Venezuela, Brasil y Chile en el que la conexión a Internet valiéndose de teléfonos móviles llegó a crecer al 100% o incluso más.

(Fuente: http://www.pwc.com/mx/es/publicaciones/alianza-pacifico/digital.html)

Tan solo Brasil contaba en 2014 con más de 133 millones de conexiones vía teléfonos inteligentes. Lo que supone una cobertura del 92% de su población.

La pregunta, sin embargo, está ahí: Qué hacer y pronto para que los países que han vivido siempre rezagados no se rezaguen aún más.


Ese es el reto.

Antonio Tenorio es sociólogo, escritor, conferenciasta. Fundador y Presidente Honorario de AlfabetizaDigital A.C
www.antoniotenorio.com

martes, 21 de marzo de 2017

Gobierno electrónico: el difícil camino latinoamericano


Transparencia y participación ciudadana, la clave






Catorce países de América Latina y el Caribe aparecen por debajo del número cien del ranking mundial de Naciones Unidas en el ámbito de servicios en línea y participación social en plataformas de Gobierno electrónico.

Aquí unos ejemplos: Bolivia, en el 103; Cuba en el 116; República Dominicana, en el 107; Honduras, en el 114; Nicaragua, en el 147; Paraguay, en el 122.

Durante los últimos años, América Latina y el Caribe han realizado esfuerzos, de distinta magnitud, y con diferente grado de éxito, en materia de Gobierno electrónico.

Más allá, sin embargo, de lo que países como México, Chile, Brasil o Argentina, han conseguido, es claro que el saldo en conjunto no es halagüeño.

De acuerdo con la especialista argentina, Esther Kaufman, América Latina se ha sumado tardíamente al desarrollo de gobiernos electrónicos, incorporando algunos esquemas internacionales.

La inserción en esta tendencia global, se ha realizado “montado plataformas y servicios sobre aparatos estatales que no resisten la correcta aplicación de las TICs en este campo”, sostiene Kaufman.

En este sentido, destaca en los países con mayor atraso en materia de plataformas de gobierno electrónico en América Latina: la carencia flujos abiertos de información, transparencia y la escasa participación activa de los diversos sectores sociales a fin de que expresen sus necesidades de cómo quieren “ser atendidos”.

La lentitud en la implantación de una política de Gobierno electrónico, estaría, de este modo, vinculada a una disociación entre adopción de tecnologías e implantación cultural y efectiva en torno a un ciudadano real.


Esta disociación, que forma parte de ciertas condiciones nacionales, explica en cierta medida que en el ranking de Gobierno electrónico auspiciado por la Naciones Unidas, sea tan alto el número de naciones latinoamericanas que aparecen en una posición por debajo del número cien.

 Kaufan supone reconocer que, en buena parte de América Latina, los Estados de la región, es decir, gobierno y sociedad, padecen las consecuencias de un proceso de globalización asimétrico.

Entre los beneficios que esta globalización asimétrica restringe a las naciones con mayores carencias están, justamente, aquellos que posibilitan las tecnologías de la información para la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.

Hay mucho trabajo, por hacer, pues. Se trata de convertir verdaderamente a las plataformas de gobierno electrónico en puertas que abran la posibilidad de angostar la brecha de analfabetismo digital.

Al mismo tiempo, en naciones donde el déficit democrático es mayor, la implantación efectiva de plataformas de gobierno electrónico se torna, hoy en día, en una asignatura insoslayable para fortalecer la presencia y participación de la sociedad en la región latinoamericana.

Cualquier definición que se quiera de gobierno electrónico, particularmente en una región como América Latina y el Caribe, o es a través de la incidencia efectiva de la ciudadanía en las políticas públicas, o simplemente no tendrá posibilidad de éxito.

@atenoriomwww.antoniotenorio.com


Antonio Tenorio. Sociólogo, ensayista, profesor. Preside ad Honorem AlfabetizaDigital A.C


Fuente: Kaufman, Esther. PANORAMA LATINOAMERICANO DE GOBIERNOS ELECTRÓNICOS MODELOS EXISTENTES, Ponencia presentada en el Segundo Congreso Argentino de Administración Pública. Sociedad, Estado y Administración.


Esther Kaufman: es Abogada (UBA) y Master en Ciencias Sociales (FLACSO). Actualmente coordina el proyecto FLACSO de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información de FLACSO Sede Argentina, forma parte del Grupo Promotor del Foro Permanente Informático y de la Comisión del Programa de Gobierno Electrónico nacional (áreas, estas últimas, dependientes de la Subsecretaría de la Gestión Pública de Jefatura de Gabinete de Ministros de la Argentina)   

lunes, 27 de febrero de 2017

Acceso a Internet: el mundo no es redondo

Revertir tendencias, abrir oportunidades de desarrollo


Según las estadísticas con se cuenta, de los 617 millones de habitantes de América Latina, 322 millones tienen acceso a Internet, un 52.2%.

Sin embargo, esta cantidad representa sólo el 10.6% de los usuarios que a nivel mundial usan Internet.

Está solo un punto por arriba de África, cuyas cifras son dramáticas en todos los aspectos.
Menos de la cuarta parte de los africanos puede conectarse a Internet, y su participación a nivel mundial llega apenas al 9%.

El porcentaje de latinoamericanos conectados es significativamente menor que el de los europeos; y no se diga respecto a los norteamericanos.

Está también por debajo de los ciudadanos de la zona de Oceanía.

En el caso de Europa la cobertura de Internet rebasa el 70% de los habitantes, mientras que en Oceanía llega al 72%.

La cifra más alta la tiene, desde luego, Estados Unidos y Canadá, en cuyos territorios prácticamente el 87% de sus ciudadanos accede a Internet sin ningún problema.  

Sin duda alguna, propugnar por un acceso más amplio a Internet en las regiones con mayor desigualdad económica, es una tarea que debemos asumir como una responsabilidad global.

martes, 24 de enero de 2017

Género y acceso a la tecnología en México

Las brechas que se multiplican


El siguiente ensayo tiene como propósito analizar el origen, desarrollo y algunos resultados en la implementación de la perspectiva de género como política pública transversal, inscrita en el Plan Nacional de Desarrollo, 2013-2018, denominado Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y la No Discriminación contra las Mujeres (Proigualdad).

Dos variables orientan esta revisión que, de otra forma, correría el peligro de extenderse en demasía. Por una parte, estará centrada únicamente en la indagación sobre el efecto de esta política en términos redistributivos, tomando como referencia la situación que guarda el acceso que las mujeres gozan en relación con las nuevas tecnologías, en el marco de lo que llamaremos, de modo general, alfabetización digital.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en el caso de las políticas públicas implementadas en la región, entre los objetivos de justicia que son fundamentales para evaluar su efectividad de éstas, destacan el de la justicia distributiva, de reconocimiento y de representación ( (Buquet, 2015).

México ocupa el lugar 80 en el “Global Gender Gap Report” de 2014 (Buquet, 2015). Este índice, que depende del Foro Económico Mundial, incorpora cuatro dimensiones que se utilizan para el reporte: participación económica y oportunidades, educación, salud y poder político. 

A su vez, para Latinoamérica, la CEPAL ha creado el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, mismo cuyas mediciones e basan en tres grandes ámbitos: la autonomía física, la autonomía en la toma de decisiones y la autonomía económica.

En este sentido, si comprendemos Alfabetización digital de conformidad con lo que Germán López Noreña establece: “La alfabetización digital no pretende formar exclusivamente hacia el correcto uso de las distintas tecnologías. Se trata de que proporcionemos competencias dirigidas hacia las habilidades comunicativas, sentido crítico, mayores cotas de participación, capacidad de análisis de la información a la que accede el individuo, etc. 

En definitiva, nos referimos a la posibilidad de interpretar la información, valorarla y ser capaz de crear sus propios mensajes” (López Noreña, 2010), encontraremos que estas habilidades corresponden claramente a las tres dimensiones de las que hace mención la CEPAL.

Por su parte, el Proigualdad 2013-2018 se compone de 6 objetivos transversales y 36 estrategias, 314 líneas de acción y 18 indicadores cada uno con sus metas a 2018 (Diario Oficial de la Federación-DOF, 2013)

Al referirse en el diagnóstico que presenta, al tema de la Alfabetización digital, aunque no lo menciona de esa manera el Programa establece: 

Las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) abren un panorama inédito a mujeres y niñas para informarse, capacitarse y establecer redes de apoyo; es decir, no solamente son útiles para el entretenimiento, sino que ofrecen posibilidades de mejorar sus capacidades y con ello su empoderamiento. Por lo anterior es necesario fomentar el uso de las TIC sobre todo en mujeres mayores de 25 años, en quienes se ha observado un menor uso. Los datos muestran que 37.7% de las mujeres y 42.0% de los varones usaron Internet con tiempos promedio semanales de seis horas tanto para varones como para mujeres” (Diario Oficial de la Federación-DOF, 2013).

En 1980 México ocupaba el lugar 53 del índice de Desarrollo Humano, en 2016, 36 años después, ocupa el lugar 74. Sin esto ya es una mala nueva, al revisar el comportamiento del índice a nivel regional, la disparidad es clara (PNUD-México, 2012).




Al señalar que 34% de las mujeres vive en entidades con bajo desarrollo humano, PNUD señalaba al presentar su informe 2014 que un análisis a detalle de los datos sobre el IDH en mujeres, dará cuenta de esta desigualdad. 

De tal suerte que, por ejemplo, una mujer en Chiapas tiene una expectativa de vida menor en tres años de la de una mujer que vive en la ciudad de México, pero su nivel de escolaridad es de quinto de primaria, frente al de preparatoria, de la segunda, y su ingreso es de la mitad, que el de su congénere que vive en la capital del país. 

Con este panorama en cuenta, el acceso a las nuevas tecnologías se vuelve prioritario allí donde mayor marginación existe. 

De acuerdo con la SCT, México multiplicó por diez el número de sitios públicos con acceso gratuito a Internet (SCT, 2016).



El programa México Conectado señala tres beneficios: disminuir la brecha digital, mejorar la cobertura y los servicios públicos, y ahorrar servicios públicos. 

De propiciar la igualdad de género no hay, sin embargo, ninguna mención al respecto. Ni en sus Lineamientos, ni en la información general, procesos de implementación o informes de avance.

Lo cual no deja de llamar la atención sobre todo si, como se ha señalado ya, se trata de una política pública transversal, a la par que estudios como el de Lucas Navarro, aplicado a nivel de toda América Latina, incluido México, desde luego, establecen entre sus conclusiones que existen menores tasas de uso de internet en mujeres en relación a hombres; que las tasas de uso mayores en zonas urbanas que rurales, crecientes con el nivel educativo y nivel de ingreso y mayor para ocupados, y que Las diferencias de género tienden a reducirse con el nivel educativo, edad y calidad de la inserción laboral (Navarro, 2012).

Así, de acuerdo con el investigador Carlos Silva, resulta manifiesta la manera en que en México la penetración de las tecnologías de la información coincide con las disparidades en el desarrollo entre las distintas regiones y estados del país. 

Si bien la penetración a finales de 2015 fue superior al 50%, al situarse en el 55%, en el siguiente cuadro se observa de qué manera “en las entidades que ostentan los mayores niveles de desarrollo, 67% del total de la población cuenta con dicho servicio, mientras que en aquellos estados con niveles de desarrollo medianos y bajos, la penetración equivalió a 38%.” (Silva, 2016)



Si tomamos como referencia el índice de Desarrollo Humano, cuya forma de medición corresponde a 3 ámbitos: educación, salud y nivel de vida, encontraremos que el crecimiento de 24% que registra el acceso a los bienes y servicios del Internet móvil, antes que ser motivo de buen augurio, están ensanchando la brecha de desigualdad en el país.  

Veamos. En una escala entre 0 y 1 del IDH, Chiapas obtuvo el peor puntaje (0.667), mientras la Ciudad de México ostenta el más elevado (0.83). Este abismo se reproduce casi como calca en los niveles de acceso a las TICs. 24 de cada 100 personas en Chiapas cuenta con el servicio, mientras que dicho indicador es 90 de cada 100 en la Ciudad de México.



Este es el dato que debe interesarnos como base para analizar las desventajas que tienen las mujeres para el acceso a las tecnologías que puedan proporcionarles herramientas de visibilidad y ciudadanización. 

Pues si bien, los investigadores coinciden con Edgar Tello Leal, quien en un estudio de hace algunos años señalaba que en el uso tecnológico “se encontró que la distribución por género correspondió a la media poblacional” (Tello Leal, 2008), es decir, que no había diferencias sustanciales entre hombres y mujeres, al analizar los datos de manera regionalizada, la conclusión es obvia. Ahí donde mayor marginación hay, mayor es la marginación de las mujeres. Las pobres entre los pobres, bien se sabe.

Silva, apunta: Con base en estos datos, la penetración de Internet móvil y el resultado del índice de Desarrollo Humano son eventos que parecen estar tan vinculados que uno refleja el problema de desigualdad de manera casi tan fiel como el otro.



Para él mismo señalar como sus conclusiones, o esperamos a que el mercado se ocupe de remediar esta disparidad que tiene consecuencias sociales, u optamos por una política pública que estimule la penetración y, con ello, el acceso tecnológico en las regiones donde mayor falta hace. 

Dice Silva, “Si la elección es una política pública, se deberá tomar en cuenta cuatro aspectos importantes que deberán desarrollarse de manera integral: el despliegue de infraestructura, el acceso a dispositivos móviles, la alfabetización digital y la priorización de las regiones y entidades federativas con menor grado de desarrollo” (Silva, 2016).

Debemos concluir, por nuestra parte que, a pesar de formar parte de una política pública transversal, hay muestras de falta de articulación entre los propios programas gubernamentales. 

Asimismo, mientras no se trabaje sobre la base de políticas que tengan como principio angostar la brecha de desigualdad en los índices de desarrollo de las regiones y estados de México, la política pública de asistencia social seguirá teniendo efectos regresivos al ensanchar la distancia entre quienes ya gozan de bienes y servicios para el bienestar, y quienes tienen menos oportunidad para acceder a ellos, en particular las mujeres. 

Aunque está ahí, la tecnología sigue siendo para las mujeres de los estados con menor desarrollo humano, una herramienta a la que accede con dificultad en pos de la autonomía física, la autonomía en la toma de decisiones y la autonomía económica, de la que habla la CEPAL. 

Algo tan cerca y, paradójicamente, tan lejos, a la vez.

Referencias
Buquet, A. (Agosto de 2015). Una mirada a las políticas de igualdad de género en el mundo. Obtenido de Revista Foreign Affairs América Latina: http://revistafal.com/una-mirada-a-las-politicas-de-igualdad-de-genero-en-el-mundo/
Diario Oficial de la Federación-DOF. (08 de 30 de 2013). Obtenido de http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5312418&fecha=30/08/2013
López Noreña, G. (2010). APUNTES SOBRE LA CIBERCULTURA Y LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL POSMODERNA. Obtenido de http://www.eumed.net/libros-gratis/2010e/821/Aproximaciones%20a%20La%20Definicion%20de%20Alfabetizacion
Navarro, L. (2012). Diferencias de género en el uso de Internet en América Latina. Obtenido de http://www.cepal.org/mujer/noticias/noticias/9/48019/5_Navarro.pdf
PNUD-México. (Marzo de 2012). El índice de desarrollo humano en México. Obtenido de http://www.cinu.mx/minisitio/indice_de_desarrollo/El_IDH_en_Mexico.pdf
SCT. (2016). México Conectado. Obtenido de http://www.mexicoconectado.gob.mx/carousel.php?id=80&cat=80&id_carrusel=2
Silva, C. (05 de octubre de 2016). The Siu. Obtenido de http://www.the-siu.net/wordpress/igualdad-digital-para-reducir-la-brecha-de-desarrollo/
Tello Leal, E. (Julio de 2008). Las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) y la brecha digital: su impacto en la sociedad de México . Obtenido de http://www.uoc.edu/rusc/4/2/dt/esp/tello.pdf



viernes, 25 de noviembre de 2016

Estado, Nación, Comunicación, Tecnología y Cultura






Cinco brevísimas consideraciones hacia un Servicio Nacional de Comunicación Cultural1

Antonio Tenorio Muñoz Cota2



Agradezco en todo lo que vale, la oportunidad de estar hoy aquí en este alto recinto legislativo, con todas y todos ustedes. Es un honor.



Dentro de 6 días exactamente, se cumplirán 92 años de la fundación de Radio Educación, a instancias de José Vasconcelos. A nuestro país, corresponde la visión de haber fundado la primera radio educativa y cultural de servicio público en español del mundo.



Sólo para tener una idea de la dimensión del tamaño de la hazaña, recordaré con ustedes que el carácter público de la BBC es de 1927.



Saludo la discusión sobre una Ley de Cultura que además de abonar al goce pleno de los derechos sociales, económicos, culturales y políticos, se torna en ocasión para promover los nuevos derechos inherentes a toda sociedad democrática de nuestro tiempo.



En ese sentido, se abre la posibilidad para revisar y replantear la concepción, rol y alcance de lo que solemos entender por comunicación cultural, para adecuarla a las realidades del presente.



Cinco consideraciones:

1.                   Lo local y lo global, se incluyen mutuamente

  Es cierto, la globalización propicia consumos y estereotipos transnacionales.



Mas, si la global en buena medida des-localiza, se abre entonces la oportunidad para re-localizar, en un contexto más amplio, el planeta entero, aquellos elementos simbólico-culturales que representan en su diversidad a la Nación y en su pluralidad al Estado.

Así, la extensión del Estado propicia la extensión de las ideas, identidades y cosmovisiones que le pertenecen. En el mundo, el juego de las interacciones entre Estados se da en el marco de lo cultural, con el trasfondo de la cultura.

2.                   La sociedad que produce y comunica

Nunca antes en la historia las sociedades del planeta había producido tanto y se había comunicado en una forma tan vertiginosa.

De acuerdo con CEPAL, se producen (y consumen) 27 mil millones de mensajes en Whatsapp, 45 mil búsquedas en Google, 100 mil videos en Youtube, cada segundo.

El actor de esta transformación vertiginosa es la sociedad, a través de lo que hoy reconocemos como prosumidores. Todas, todos los que consumen y producen contenidos a la vez.

¿Qué papel les toca jugar entonces a los que son de carácter públicos culturales en este contexto? Visibilizar para entretejer.

La comunicación cultural debe visibilizarlos de manera tal que sean estos contenidos, en muchos casos, el camino que lleve a la sociedad a establecer lazos, tejer proyectos conjuntos, reconocerse entre sí.



3.                   Hacia una alfabetización digital centrada en la creatividad

Lo digital es una condición en la que están inmersas las sociedades contemporáneas. No se trata del uso de aparatos o del acceso a herramientas de nueva generación. Es más bien, el impacto que en la experiencia del individuo tiene lo digital.

La creatividad, como factor de la producción y la expresión culturales, precisa del acceso a las plataformas tecnológicas interactivas que proporcionan entornos digitales donde se redefinen los procesos, los resultados y la participación de los individuos.

A la par del acceso, el punto medular es el estímulo a las creatividades digitales.

Pensar en una política de Comunicación cultural de Estado implicaría la consideración de la sociedad digital como un entorno presente habitado por individuos que interactúan horizontalmente, que participan de la creación cultural y que no están solamente a la espera del consumo de productos y servicios culturales.



4.                   Servicios que son bienes en la interacción de las producciones y expresiones culturales



La comunicación cultural constituye en sí misma un servicio y un bien. Su valía es doble, siempre y cuando la consideremos como algo más que una caja de resonancia de mensajes coyunturales.

En la medida en que los servicios culturales son generados en una intención educativa y formativa pública, éstos están comprometidos con las expresiones culturales comunitarias, regionales y tradicionales. Al tiempo que participan de lo global sin diluirse en su vorágine.

Cada año, de modo gratuito, la señal on demand de Radio Educación registra alrededor de 300 mil descargas de radioteatros, radionovelas, audiolibros, etc., está claro que al destinarle un espacio en su teléfono o computadora, los ciudadanos lo entienden y valoran como un bien.



5.                   En la perspectiva de un Servicio Nacional de Comunicación Cultural

 “Para la era global, se puede decir que vale lo siguiente: Los Estados nacionales, no existen sin sociedades mundiales, y las sociedades mundiales no existen sin Estados nacionales y sociedades nacionales”, dice Ulrich Beck.

Planteamos aquí la perspectiva de incorporar al diseño de la Ley que se discute la idea de un Servicio Nacional de Comunicación Cultural, que articule, promueva, garantice el derecho a la comunicación como eje de las nuevas creatividades.

Al finalizar este año, Radio Educación habrá entregado de modo gratuito más de 20 mil programas a radiodifusoras educativas, culturales públicas, sociales y comunitarias de todo el país, el sur de los Estados Unidos y Centroamérica.

Sin irrumpir en su capacidad para comprender su propia circunstancia, se entregan materiales que dialogan con lo local, lo ponen en contexto, lo hacen dialogar y lo proyectan.



Concluyo.

En el contexto de lo que ya se reconoce como el tiempo de la Sociedad Mundial Plurilocal, concebir un Servicio Nacional de Comunicación Cultural constituiría una herramienta de nuevo tipo capaz de:



1.                   Proyectar la presencia y el diálogo de México con el mundo, con las formas simbólicas globalizadas y de servicio a todo mexicano se encuentre donde se encuentre;

2.                   Ampliar el campo de acción cultural al considerar la realidad de la sociedad digital: características, posibilidades, uso de la tecnología, pensamiento y acción cultural transversal

3.                   Promover la visibilización de contenidos creativos digitales para la formación de redes y fortalecimiento del tejido social

4.                   Fortalecer al Estado como instancia de cohesión e identidad a través de la cultura y sus expresiones multiculturales

5.                   Articular una política pública sobre comunicación cultural que abarque tanto la participación de los recursos en radiodifusión y telecomunicaciones con que cuenta el Estado, así como sus estrategias de coordinación para la difusión, promoción, investigación, creación, crítica de todos los ámbitos de la cultura.



Comunicar es lo propio de la cultura. La hace pasar de un servicio a constituir un bien que el individuo acompaña el resto de su vida.



Al comunicar y ser comunicada, la cultura es.

Hace casi un siglo, escribía José Vasconcelos en 1922 a su amigo, el poeta Carlos Pellicer:



“Echemos mano de la tecnología y la comunicación para apoyar y extender nuestra gran cruzada educativa y cultural que el país nos urge”.

Nunca más actual y pertinente.

Muchas gracias.



   

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1 Texto leído en el Foro sobre la Ley de Cultura, en el Senado de la República el 24 de noviembre de 2016.

2 Sociólogo, narrador, ensayista, docente universitario, Director general de Radio Educación