jueves, 11 de junio de 2015

¿Cómo entender a los Niños y la Tecnología como un binomio?

1.1 El “malentendido” entre los adultos y los niños.


Para los niños, niñas y preadolescentes, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) resultan “obvias” y es muy difícil desnaturalizarlas, pensar cómo era el mundo antes de que las mismas existieran. La Comunicadora Social y Antropóloga Paula Sibilia, así lo expresa: “Nosotros sabemos lo que es vivir sin Internet ni celulares, ellos (los niños) no tienen cómo saber eso. Es muy difícil hacer el esfuerzo de desnaturalización. (…) Cuando quiero provocar en ese sentido a mis alumnos, les pregunto: ¿Ustedes piensan que Facebook va a ser siempre así, o que siempre va a existir? Sus nietos van a decir ‘qué antiguo, mi abuelo usaba Facebook!’. Pero a ellos les resulta difícil entender esa transitoriedad, piensan que el futuro se ha detenido y esto será siempre así. Como si el mundo hubiera estado preparándose para esto y lo anterior eran meros ensayos, hasta que sucedió”.

El malentendido desde los adultos hacia los niños, niñas y adolescentes, surge porque los primeros tienden a transferir sus propias frustraciones y percepciones respecto de la tecnología a sus hijos, sin llegar a comprender cabalmente la manera en que los niños la experimentan.


Para los adultos, las TIC han quedado ubicadas en un campo en constante puja entre dos fuerzas. Sienten entusiasmo y recelo hacia las nuevas formas de comunicarse, de entretenerse y socializar mediadas por las TIC. En general, la masificación de las TIC los obligó a encarar un proceso de aprendizaje, y comenzaron a “andarlas” más tardíamente y con cierta dificultad, como subiendo una “escalera mecánica a contra mano”. Así, las idealizan a la vez que las condenan.

Los adultos idealizan a las TIC, porque tienen registro de haber vivido sin ellas y recuerdan lo engorroso que esto podía ser. Por eso en muchos aspectos, hoy se les presentan como  imprescindibles. Por otra parte, la tecnología funciona paradójicamente, como medio tanto para producir y trabajar como para “desenchufarse” de las diferentes cuestiones cotidianas que les generan malestar y/o pesadumbre.

“La realidad que estamos viviendo es muy dura, conectarse es una forma de zafar un poco. Hago mea culpa, me siento en la computadora para desenchufarme”. / “Te da desesperación si te quedás sin batería en el celular”. / “Si estoy una hora sin compu o sin celular me pongo loca, siento que me estoy perdiendo de todo”. / “Me parece bárbaro estar comunicados gratis por Whatsapp, pensar que antes había que gastar y llamar por teléfono”.

Sin embargo, los adultos también condenan las TIC, porque saben que fue posible sobrevivir sin ellas (aunque hoy parezca imposible de imaginar), en un pasado que evocan idílico (en línea con los sentimientos de añoranza que despierta toda evocación del pasado). Es así como lo describen:

“Cuando yo era chico no tenía la compu y era más sano, nos la pasábamos todo el día jugando en la calle. Prefiero que mis hijos hagan algo físico, para que como yo, vuelvan con raspones y moretones… que aprendan más a los golpes”. ; “Tuve computadora recién a los quince años, me gustaría que mi nena lo viva como lo viví yo”.

Las madres y los padres indagados, desde su mirada adulta, ligan el esfuerzo “extra” que tienen que dedicar (en comparación con sus hijos) con una cuota de malestar y frustración (como si para los niños “todo” fuese mucho más fácil, soslayando que afrontan nuevos desafíos). Lo cierto es que toda nueva tecnología tiende a ser impugnada por las generaciones que nacieron cuando la misma no existía. En este sentido, la antropóloga Geneviève Bell explica que existe un patrón por el cual cada vez que una sociedad incorpora una nueva tecnología, se desata en una primera instancia cierto pánico social ante el miedo de ser reemplazados y/o superados por las máquinas. 

En la misma línea, Roger Fidler, periodista, diseñador y experto en nuevas tecnologías, explica que la aparición de distintos medios de comunicación siempre generó el temor a depender excesivamente del mismo, e incluso desde los propios medios se tendió a temer que “el nuevo” suplantara a los ya existentes. Sin embargo, Fidler entiende que gracias a la co-evolución y co-existencia, los antiguos medios van reencontrando su lugar y su rol dentro del sistema general, como una forma de adaptación tanto de los medios como de los usuarios. A este fenómeno lo bautiza mediamorfosis.

La gran diferencia es que las generaciones más jóvenes experimentan la mediamorfosis como un proceso vivo, que está teniendo lugar al mismo tiempo que se da su propio proceso de construcción como personas.

Por otra parte, lo “nuevo” y acaso particular de esta época, es que las TIC llegan en un contexto de menos linealidades y jerarquías, que encuentra a todas las instancias de autoridad más desdibujadas, fenómeno que se manifiesta en múltiples aspectos: instituciones menos potentes, futuros más inciertos, carreras profesionales menos predecibles, identidades vocacionales, sexuales y morales atravesadas por la ambigüedad. Según el Psicoanalista Sergio Zabalza, integrante del Equipo de Trastornos Graves Infanto-Juveniles del Hospital T. Álvarez: “hay una diferencia cualitativa respecto a las brechas generacionales que se dieron siempre en la historia y un primer dato es la declinación de figura paterna que es signo de la época, y que hace que los adultos seamos una raza en extinción”. 

En esta línea de reflexión, el psicólogo Sergio Balardini se refiere a una “sociedad de pares sin impares”, donde en un contexto de mayor paridad entre adultos y niños, las nuevas generaciones se construyen entre pares y los propios adultos se muestran “auto-destituidos”. Antes de continuar, vale sumar una reflexión aportada por Paula Sibilia: “Estas tecnologías surgen porque una cultura hizo que eso sea posible, pensable y deseable. Por ejemplo, cada vez es más difícil leer un libro de principio a fin. Apurados porque necesitamos terminar el libro, o leer este capítulo que me sirve… no es casual que se hayan inventado los lectores digitales: fue porque ya estábamos leyendo los libros impresos de una forma distinta”

Para saber más  véaseImpacto de la Tecnología en niñas y niños de América Latina Nuevos desafíos para la crianza

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