Tecnología y sistema de valores
Las
innovaciones técnicas suelen repercutir en la sociedad, pues las personas y las
instituciones sociales tratan de adaptar los cambios tecnológicos a la
satisfacción de sus necesidades. En este sentido, cuando no se produce la
armonía entre los cambios tecnológicos y el sistema de valores vigente en una
sociedad, tiende a surgir el conflicto social, es decir, un estado anímico
conflictivo, que altera la estabilidad y produce desequilibrio social.
A
este respecto, habitualmente sucede que los sistemas de valores evolucionan
mucho más lentamente que el progreso tecnológico. La ciencia y la tecnología
avanzan de modo exponencial. Sin embargo, la sociedad tarda en adaptar su
sistema de valores a los nuevos hallazgos y a las nuevas posibilidades
técnicas. De este modo, los ideales sociales y morales siempre van a la zaga de
las innovaciones tecnológicas, y con frecuencia nos encontramos poco preparados
para valorar y juzgar con objetividad las aportaciones científico-tecnológicas,
así como para averiguar su significado social y prever sus posibles
consecuencias.