La tecnología como vocación de la humanidad
Si volvemos a consideraciones estrictamente
humanas, observamos un nuevo aspecto
ético en el crecimiento de la techne en
cuanto aspiración humana, crecimiento que rebasa las metas pragmáticamente limitadas de los otros tiempos. Por aquel
entonces así lo hemos visto, la técnica era un dosificado tributo pagado a la
necesidad, no el camino conducente a la meta elegida de la humanidad; era un
medio con un grado finito de la adecuación a fines próximos bien definidos.
Hoy la techne,
en su forma de técnica moderna, se ha transformado en un infinito impulso hacia delante de la especie, en su empresa
más importante, en cuyo continuo progresar que se supera a sí mismo hacia las
cosas cada vez más grandes se intenta ver la misión de la humanidad, y cuyo
éxito el lograra el máximo dominio sobre las cosas y los propios hombres se
presente sobre la realización de su destino.
De este modo el triunfo del Homo Faber sobre su objetivo externo representa, al mismo
tiempo, su triunfo dentro de la constitución intima del Homo Sapiens, del cual
solía ser en otros tiempos servidor.