viernes, 25 de noviembre de 2016

Estado, Nación, Comunicación, Tecnología y Cultura






Cinco brevísimas consideraciones hacia un Servicio Nacional de Comunicación Cultural1

Antonio Tenorio Muñoz Cota2



Agradezco en todo lo que vale, la oportunidad de estar hoy aquí en este alto recinto legislativo, con todas y todos ustedes. Es un honor.



Dentro de 6 días exactamente, se cumplirán 92 años de la fundación de Radio Educación, a instancias de José Vasconcelos. A nuestro país, corresponde la visión de haber fundado la primera radio educativa y cultural de servicio público en español del mundo.



Sólo para tener una idea de la dimensión del tamaño de la hazaña, recordaré con ustedes que el carácter público de la BBC es de 1927.



Saludo la discusión sobre una Ley de Cultura que además de abonar al goce pleno de los derechos sociales, económicos, culturales y políticos, se torna en ocasión para promover los nuevos derechos inherentes a toda sociedad democrática de nuestro tiempo.



En ese sentido, se abre la posibilidad para revisar y replantear la concepción, rol y alcance de lo que solemos entender por comunicación cultural, para adecuarla a las realidades del presente.



Cinco consideraciones:

1.                   Lo local y lo global, se incluyen mutuamente

  Es cierto, la globalización propicia consumos y estereotipos transnacionales.



Mas, si la global en buena medida des-localiza, se abre entonces la oportunidad para re-localizar, en un contexto más amplio, el planeta entero, aquellos elementos simbólico-culturales que representan en su diversidad a la Nación y en su pluralidad al Estado.

Así, la extensión del Estado propicia la extensión de las ideas, identidades y cosmovisiones que le pertenecen. En el mundo, el juego de las interacciones entre Estados se da en el marco de lo cultural, con el trasfondo de la cultura.

2.                   La sociedad que produce y comunica

Nunca antes en la historia las sociedades del planeta había producido tanto y se había comunicado en una forma tan vertiginosa.

De acuerdo con CEPAL, se producen (y consumen) 27 mil millones de mensajes en Whatsapp, 45 mil búsquedas en Google, 100 mil videos en Youtube, cada segundo.

El actor de esta transformación vertiginosa es la sociedad, a través de lo que hoy reconocemos como prosumidores. Todas, todos los que consumen y producen contenidos a la vez.

¿Qué papel les toca jugar entonces a los que son de carácter públicos culturales en este contexto? Visibilizar para entretejer.

La comunicación cultural debe visibilizarlos de manera tal que sean estos contenidos, en muchos casos, el camino que lleve a la sociedad a establecer lazos, tejer proyectos conjuntos, reconocerse entre sí.



3.                   Hacia una alfabetización digital centrada en la creatividad

Lo digital es una condición en la que están inmersas las sociedades contemporáneas. No se trata del uso de aparatos o del acceso a herramientas de nueva generación. Es más bien, el impacto que en la experiencia del individuo tiene lo digital.

La creatividad, como factor de la producción y la expresión culturales, precisa del acceso a las plataformas tecnológicas interactivas que proporcionan entornos digitales donde se redefinen los procesos, los resultados y la participación de los individuos.

A la par del acceso, el punto medular es el estímulo a las creatividades digitales.

Pensar en una política de Comunicación cultural de Estado implicaría la consideración de la sociedad digital como un entorno presente habitado por individuos que interactúan horizontalmente, que participan de la creación cultural y que no están solamente a la espera del consumo de productos y servicios culturales.



4.                   Servicios que son bienes en la interacción de las producciones y expresiones culturales



La comunicación cultural constituye en sí misma un servicio y un bien. Su valía es doble, siempre y cuando la consideremos como algo más que una caja de resonancia de mensajes coyunturales.

En la medida en que los servicios culturales son generados en una intención educativa y formativa pública, éstos están comprometidos con las expresiones culturales comunitarias, regionales y tradicionales. Al tiempo que participan de lo global sin diluirse en su vorágine.

Cada año, de modo gratuito, la señal on demand de Radio Educación registra alrededor de 300 mil descargas de radioteatros, radionovelas, audiolibros, etc., está claro que al destinarle un espacio en su teléfono o computadora, los ciudadanos lo entienden y valoran como un bien.



5.                   En la perspectiva de un Servicio Nacional de Comunicación Cultural

 “Para la era global, se puede decir que vale lo siguiente: Los Estados nacionales, no existen sin sociedades mundiales, y las sociedades mundiales no existen sin Estados nacionales y sociedades nacionales”, dice Ulrich Beck.

Planteamos aquí la perspectiva de incorporar al diseño de la Ley que se discute la idea de un Servicio Nacional de Comunicación Cultural, que articule, promueva, garantice el derecho a la comunicación como eje de las nuevas creatividades.

Al finalizar este año, Radio Educación habrá entregado de modo gratuito más de 20 mil programas a radiodifusoras educativas, culturales públicas, sociales y comunitarias de todo el país, el sur de los Estados Unidos y Centroamérica.

Sin irrumpir en su capacidad para comprender su propia circunstancia, se entregan materiales que dialogan con lo local, lo ponen en contexto, lo hacen dialogar y lo proyectan.



Concluyo.

En el contexto de lo que ya se reconoce como el tiempo de la Sociedad Mundial Plurilocal, concebir un Servicio Nacional de Comunicación Cultural constituiría una herramienta de nuevo tipo capaz de:



1.                   Proyectar la presencia y el diálogo de México con el mundo, con las formas simbólicas globalizadas y de servicio a todo mexicano se encuentre donde se encuentre;

2.                   Ampliar el campo de acción cultural al considerar la realidad de la sociedad digital: características, posibilidades, uso de la tecnología, pensamiento y acción cultural transversal

3.                   Promover la visibilización de contenidos creativos digitales para la formación de redes y fortalecimiento del tejido social

4.                   Fortalecer al Estado como instancia de cohesión e identidad a través de la cultura y sus expresiones multiculturales

5.                   Articular una política pública sobre comunicación cultural que abarque tanto la participación de los recursos en radiodifusión y telecomunicaciones con que cuenta el Estado, así como sus estrategias de coordinación para la difusión, promoción, investigación, creación, crítica de todos los ámbitos de la cultura.



Comunicar es lo propio de la cultura. La hace pasar de un servicio a constituir un bien que el individuo acompaña el resto de su vida.



Al comunicar y ser comunicada, la cultura es.

Hace casi un siglo, escribía José Vasconcelos en 1922 a su amigo, el poeta Carlos Pellicer:



“Echemos mano de la tecnología y la comunicación para apoyar y extender nuestra gran cruzada educativa y cultural que el país nos urge”.

Nunca más actual y pertinente.

Muchas gracias.



   

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1 Texto leído en el Foro sobre la Ley de Cultura, en el Senado de la República el 24 de noviembre de 2016.

2 Sociólogo, narrador, ensayista, docente universitario, Director general de Radio Educación


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