TICs y nuevas prácticas educativas:
Los sistemas educativos están llamados a
vivir cambios paradigmáticos en su actual configuración, y este proceso será facilitado
y acelerado por el apoyo que presten las TIC para su desarrollo. La educación
del siglo XXI, para desarrollar estas competencias en cada uno de sus
estudiantes, requiere de una nueva forma de escuela, más flexible,
personalizada y ubicua.
Un nuevo paradigma.
La construcción de un nuevo paradigma
educativo es un esfuerzo por actualizar el sentido de la educación y las formas
en que se desarrolla, de manera de conectarla con las necesidades y demandas de
la sociedad del siglo XXI, y con los intereses, necesidades, gustos y
habilidades de cada estudiante.
Este paradigma se funda en la comprensión de
todos los miembros de las comunidades educativas como aprendices. Ya no hay un
conocimiento único y consolidado, transmitido desde los docentes, dueños del
saber y del proceso de enseñanza, hacia estudiantes como receptores pasivos. Se
trata ahora de una comunidad de personas que busca, selecciona, construye y
comunica conocimiento colaborativamente en un tipo de experiencia que se
conecta directamente con el concepto de comunidades de aprendizaje.
El rol de la comunidad de aprendizaje es
generar los espacios, condiciones y conversaciones para que cada uno de sus
miembros pueda aprender a aprender y desarrolle las habilidades y capacidades
que le serán útiles en lidiar con sus desafíos presentes y futuros.
Este rol se realiza particularmente desde una
perspectiva de respeto para cada miembro, sus características, tiempos y
estilos de aprendizaje. En este tipo de comunidades educativas cada uno es
consciente del camino que recorre, de su proceso de aprendizaje. El proceso de
construcción de este nuevo paradigma educativo requerirá considerar tres
condiciones para su éxito:
a.
Centralidad de los estudiantes. El nuevo paradigma debe poner en el centro a la
persona de cada estudiante, con sus características, intereses, condiciones,
expectativas y potencial, de manera de transformarse en un espacio de
desarrollo e integración para cada uno de ellos. El nuevo contexto exige
abandonar el trato de “manada” o de cohorte que hoy día ofrecen las escuelas
mayoritariamente, para que sin abandonar los enormes avances en masificación de
la educación, avancemos decididamente hacia la personalización de la oferta
educativa.
b.
Alineamiento con los requerimientos de la sociedad del conocimiento. El nuevo
paradigma educativo debe estar íntimamente conectado con las necesidades de su
entorno, habilitando a sus estudiantes para contribuir creativamente en la
creación, comunicación y construcción de conocimiento, de manera de apoyar el
desarrollo de sociedades inclusivas, participativas y equitativas.
c. Integración e Implementación sistémica. El nuevo paradigma educativo debe
desarrollarse con una clara consistencia interna, de manera que cada uno de sus
procesos, miembros y resultados respondan a este nuevo paradigma. No se trata
de cambios parciales o localizados, sino de un cambio integral. Al mismo tiempo,
debe ser parte de sistemas educativos abiertos al cambio y comprometidos con el
nuevo escenario. Una nueva escuela no es una excepción virtuosa al interior de
un sistema educativo tradicional, sino el nuevo estándar educativo sobre el que
se desarrolla la oferta educativa para todos.
A
partir de estas condiciones, el desarrollo de un nuevo paradigma educativo es
un proceso de construcción que se hace paso a paso, de manera de desarrollar un
proceso de aprendizaje y construcción colaborativa, que desde distintos
proyectos e iniciativas, contribuya a establecer los principios, las
estrategias, los instrumentos y los procedimientos que permitirán su
modelamiento, su replicabilidad y su escalamiento hasta convertirse en una
política pública.
Este
cambio es entendido como la forma de abordar el foco de la escuela: de una
educación orientada exclusivamente a mejorar
resultados académicos de los estudiantes, a una en donde el centro está
en cada miembro y el quehacer pedagógico es concebido como acompañamiento y
colaboración entre aprendices.
De un proceso
de “calidad estandarizada” a uno de “altos estándares de calidad”, donde más
que responder a contenidos y currículum estructurado, los sistemas de
evaluación se entienden como formas de obtener información relevante para
lograr las metas y objetivos planteados para cada uno, con información
transparente y clara para todos y que actúa también como forma de vinculación y
adhesión de las familias y la comunidad al proyecto.
El papel de
los docentes es fundamental, en cuanto ellos han de ser los primeros promotores
de este nuevo paradigma educativo a partir de la implementación de renovadas
prácticas educativas.
En el
documento “Antecedentes y Criterios para la Elaboración de Políticas Docentes
en América Latina y el Caribe” (UNESCOOREALC 2012) se identifican algunas de
las características de los docentes en la región. En particular aspectos como
la débil calidad de los programas de formación inicial docente, las escasas oportunidades
de desarrollo profesional y de promoción dentro de la labor docente en el aula,
la poca relevancia y articulación de los modelos pedagógicos y curriculares, y
la débil consideración de la realidad de las escuelas y del aprendizaje
colaborativo.
Estos problemas
deben necesariamente considerar a las TICs como parte integral de las
soluciones. El nuevo paradigma es un ejercicio de cambio respecto de las prácticas
educativas vigentes en las escuelas, de manera de hacerlas más pertinentes a
las demandas de la sociedad del conocimiento.
Desde
esta perspectiva, se proponen seis prácticas características que cualquier
proyecto de este paradigma educativo debiera considerar como parte esencial de
su desarrollo.
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