jueves, 4 de junio de 2015

¿Transferencia tecnológica igual a Transferencia Cultural?



   
En la transferencia internacional de tecnología, un hecho que a veces se olvida es que, cuando se transfieren tecnologías, se están también transfiriendo formas culturales. Quiero citar aquí una frase de Amulya Reddy que me parece reveladora sobre este punto: “la tecnología se parece al material genético: lleva el código de la sociedad que la concibió y, dado un medio favorable, trata de reproducir esa sociedad”. Es otra de las cosas que tenemos claras ahora, que cuando importamos tecnología, importamos mucho más que tecnología, importamos formas culturales, modos de relación humana, etc.

Podemos entonces preguntarnos: ¿por qué esa transferencia masiva de tecnología de Occidente hacia el Tercer Mundo ha tenido tanto éxito? ¿Por qué ha sido aceptada en forma indiscriminada como lo ha sido hasta ahora? Esa pregunta no hubiera tenido sentido hace relativamente pocos años. No hubiera tenido sentido porque la respuesta parecía obvia: simplemente porque es más eficiente, y además porque es La Tecnología, con mayúsculas, en esa concepción de que existe sólo una tecnología que es el resultado natural e inevitable de un cierto progreso científico.


¿Por qué tiene sentido ahora esa pregunta? Por varias razones: Primero, porque se ha tomado conciencia de que la tecnología dominante no es el resultado natural e inevitable del progreso científico. Sabemos perfectamente que de una cierta cantidad del conocimiento científico se pueden generar varios tipos de tecnología para resolver el mismo problema, y que la tecnología que se adopte es aquella que está de acuerdo con los valores de la sociedad que la produce. En segundo lugar, la pregunta tiene sentido porque también hemos tomado conciencia del efecto cultural de la transferencia de tecnología: es un hecho que precisamente esa introducción indiscriminada de tecnología está contribuyendo a obliterar o destruir gran parte de la rica herencia cultural de la humanidad. ¿Por qué, sin embargo, ha tenido tanto éxito esa transferencia masiva? La eficiencia no es un elemento suficiente para explicarlo.

En primer lugar, no todas las tecnologías introducidas en países subdesarrollados son más eficientes que las que estaban siendo usadas; eso es muy claro en algunos casos, por ejemplo en las áreas rurales. Creo que también tenemos que dejar de lado la explicación de que se introducen porque los países subdesarrollados no tienen capacidad para sus propias soluciones. Muchos países subdesarrollados disponen de sistemas científicos que por lo menos tienen capacidad para modificar esas soluciones y, en algunos casos, para crear soluciones propias. Esa capacidad ha sido usada en muchísima menos medida de lo que es posible, de modo que esta explicación tampoco es convincente. Creo que hay otros elementos explicativos y, no pretendo hacer un análisis completo, quiero mencionar tres que me parecen fundamentales. En primer lugar, esas tecnologías representan toda una concepción de desarrollo, y esa concepción de desarrollo, que nace en los países industrializados, se “transfiere” luego a los países subdesarrollados. Tampoco es necesario hacer aquí un análisis del contenido fundamental de esa concepción del desarrollo, pero voy a señalar dos o tres puntos que me parecen importantes.

Todos sabemos que esa posición consiste, esencialmente, en repetir el camino hecho en el pasado por los países ahora desarrollados, sin tener en cuenta que las actuales condiciones históricas, económicas y sociales son completamente distintas a las vigentes durante la Revolución Industrial y no pueden ser recreadas. Además, el extremadamente complejo y rico proceso que llevó a los países de Occidente al actual proceso de desarrollo -que implicó desde modificaciones en el pensamiento filosófico hasta profundas transformaciones socioeconómicas- se reduce en esa concepción a un simple proceso de industrialización. Por otra parte, al importarse ese esquema extremadamente simplificado, las diferencias culturales se valoran sólo en función de ese proceso. Por lo tanto, aquellos elementos culturales que de alguna manera obstaculizan esa visión del desarrollo se supone que están condenadas a desaparecer. En otras palabras, las diferencias culturales se asimilan a etapas del desarrollo.

Otro factor que me parece también esencial es que siempre un concepto de desarrollo o progreso va unido a una cierta concepción del hombre, y creo que otra de las cosas que se ha importado de Occidente es una cierta concepción del hombre. Se podría decir que es muy difícil definir cuál es la concepción del hombre en la cultura occidental, dada su compleja y rica tradición, cultural, religiosa, filosófica, etc. Sin embargo, debemos diferenciar entre los que puede ser una concepción teológica o filosófica del hombre y la concepción “operativa” del mismo, que ha generado y exportado la cultura occidental.

Este es un tema muy discutible, y no creo que todos ustedes estén de acuerdo con lo que voy a decir, pero voy a referir muy brevemente a esa concepción operativa instrumentada esencialmente a través de la psicología. Watson, fundador del conductismo -todo el mundo sabe el grado de influencia que esta escuela ha tenido y tiene, junto con la reflexológica, en la psicología moderna- dice así: “ha llegado el momento en que la psicología debe descartar toda referencia a la conciencia; su única tarea es la predicción y control del comportamiento y la introspección no puede formar parte de sus métodos.” Esa concepción, profundamente enraizada en el mecanicismo que nace en el siglo XVIII, es al reducir al hombre a poco más que una máquina animada, permite considerarlo y manipularlo como un mero productor y consumidor.

Es la psicología adecuada a la visión economicista de la sociedad. Por otra parte, sirve a otro propósito: la alienación que produce en el hombre moderno una organización social cada vez más deshumanizada, se convierte simplemente en un problema de desajuste, y esa psicología ofrece el instrumental necesario para solucionarlo. El factor que explica esa transferencia unilateral de tecnología es el marco sociopolítico. No es necesario entrar en detalles, porque es el que mejor conocemos todos. Es la estructura del poder tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Esto lo ha tratado la teoría de la dependencia que -aunque discutida en muchos aspectos- sigue siendo válida en sus elementos fundamentales.


Una de las cosas que resultan claras cuando se analiza la estructura de poder a nivel mundial es el verdadero significado de la transferencia de tecnología de los países desarrollados a los países subdesarrollados. En realidad, se trata de transferencia de tecnología de los países desarrollados a ciertos sectores sociales de los países subdesarrollados. No son los países subdesarrollados como entidades únicas los que están importando tecnología, sino sus sectores sociales dominantes que tienen el poder económico y político y las mismas pautas de consumo, el mismo esquema de valores de las clases dominantes de los países desarrollados.
Véase: Herrera Amílcar en  DESARROLLO, TECNOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE   http://www.agro.uncor.edu/~extrural/AMILCAR.pdf 

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