lunes, 7 de agosto de 2017

Personas mayores e Internet en América Latina: vulnerables, excluidas y desconectadas

No hay duda, América Latina envejece.

Al cabo de un siglo, entre 1950 y 2050, la edad promedio en América Latina y el Caribe se habrá duplicado. Se prevé en este sentido, que sólo entre el año 2000 y el 2050, la edad promedio se mueva de 28 a 40 años en la región.

Conformada hoy por 76 millones de personas, esa franja poblacional llegará a 147 millones en 2037, y a 264 millones en 2075. Para 2037, el número de personas mayores en América Latina y el Caribe, sobrepasará al de menores de 15 años.

Esta desigualdad, marcada por la segregación y por ideas predominantes sobre la disfuncionalidad, torpeza o incapacidad de las personas mayores, se expresa de manera más que álgida en el ámbito del acceso y aprovechamiento de los bienes y servicios que brindan tanto los dispositivos móviles como la propia Internet.



La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha sido clara en advertir sobre la “la perentoria necesidad de adaptarse a una época de cambios demográficos, que se están produciendo de manera más rápida que en Europa y ocurren en un escenario de subdesarrollo en el cual aún no se logra erradicar la desigualdad y en el que no se cuenta con una infraestructura institucional suficiente en materia de protección y ejercicio de derechos humanos”.

Datos disponibles sobre el uso de dispositivos móviles en América Latina y el Caribe arroja que la franja que corresponde a personas mayores de 55 años, no llega ni siquiera al 10%, pues representa apenas el 7% del universo total.

Si entre las personas mayores que usan dispositivos móviles se le agrega el segmento anterior, de 45 a 54 años, el porcentaje alcanza el 20%. Lejos, sin embargo, del 58% que representan los grupos de edad que van de 15 a 24 años (31%) y de 25 a 34 años (27%).

En cuanto a usuarios de Internet, la CEPAL en su Informe sobre el Estado de la Banda ancha en América Latina y el Caribe de 2016, grafica de modo nítido cómo, en países como México, Chile, Brasi, Uruguay y Bolivia, mientras el grupo de edad que va de los 16 a los 31 años, rebasa el 50%, quienes tienen más de 60 años, no llegan siquiera al 5%.

Es cierto, según refleja el documento de la CEPAL, que en el lustro que fue de 2010 a 2015, América Latina y el Caribe registraron un crecimiento de usuarios a Internet cercano al 23%. Así como también es comprobable que el segmento poblacional por edad que tuvo un mayor crecimiento fue el que va de 31 a 45 años.

Queda, sin embargo, como un gran pendiente para la región qué hacer para incorporar cuanto antes a los mayores de 55 años.

Se requieren estrategias, ha dicho la CEPAL, para replantear la vida de las personas mayores como individuos valiosos y productivos. Además de injusta y lacerante, la exclusión de los beneficios de la sociedad digital, significa para la región un desperdicio de recursos humanos, experiencia y potencial productivo.

Ello, sin dejar de lado, por supuesto, que el deber de promover y garantizar el pleno ejercicio del derecho al acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, por parte de las personas mayores.


La inclusión digital de las personas mayores, implica, desde luego, fortalecer su grado de autonomía y darles elementos que les ayudará a valerse por sí mismas de mejor manera. 

Pero no menos, encarar los escenarios de violencia, discriminación y vulnerabilidad cotidiana en los que muchas de ellas viven.

@atenoriom
antoniotenorio.com
El autor preside AlfabetizaDigital A.C

Visita: Alfabetización, ciudadanía, comunicación y cultura digital

lunes, 31 de julio de 2017

Vivir lo digital en América Latina: Usuarios conectados, hogares sin Internet

Paradojas de la desigualdad

Región marcada por la desigualdad, América Latina, es propensa también, o justamente por eso, a las paradojas. 

Las condiciones en las que se tiene acceso a los bienes y servicios asociados a Internet, no podían ser, en ese sentido, la excepción.



El informe de la Comisión Económica para América Latina es claro. Las cifras de usuarios que usan Internet corre por un lado; el número de hogares que tienen acceso a Internet, por otro. 

Así, señala CEPAL, “no siempre los países que tienen el mayor porcentaje de usuarios de Internet tienen el mayor porcentaje de hogares conectados”.

La explicación es relativamente sencilla, mas no por ello debería ser subestimada. 

Ante la falta de posibilidades de tener acceso a Internet desde su casa, los usuarios recurren a sitios públicos, Cybercafés, bibliotecas, oficinas u otros sitios donde pueden conectarse a la Red.

No es poco común, incluso, el número de usuarios que “rastrean”, por no decir, “pepenan” redes que eventualmente están abiertas, incluidas las privadas, para “colgarse” de ellas y tener así algunos minutos de conexión. 

Sin importar, por supuesto, que esta conexión sea de mala calidad, intermitente o se corte en cualquier momento.

En los países desarrollados, muestran los estudios, a diferencia de América Latina, la masificación de Internet está fuertemente ligada a las preferencias personales o la brecha generacional. 

Entre los latinoamericanos, sin embargo, la variable principal sigue siendo la falta de infraestructura, así como las determinaciones de capacidad de gasto de los hogares de la región.

En su estudio, la CEPAL reporta una disparidad considerable entre los países de la región, en relación con el porcentaje de hogares que cuentan con una conexión a Internet. 

Así, las cifras van, de menos del 10% en Guatemala a casi un 50% en Costa Rica. El Salvador, Bolivia y República Dominicana está entre el 10 y el 20%. En la franja del 20 al 30% se hallan Perú, Ecuador, Paraguay y Panamá. Del 30 al 40%, Colombia y Chile. 

Y entre el 40 y el 50%, Brasil, Uruguay y Costa Rica.

Vale decir, aunque merece un comentario de mayor calibre aparte, que ninguno de los 13 países que se enlistan, ninguno, ha logrado que la brecha entre hogares urbanos conectados a Internet y sus pares en el ámbito rural, sea menor del 10%. 

Lo que vuelve a remarcar las desigualdades interiores que cada uno de los países latinoamericanos padece.

¿Es suficiente con que los ciudadanos latinoamericanos tengan acceso a Internet sin importar de qué manera lo hagan? Evidentemente, no. 

El asunto no es sólo una cuestión de comodidad, rapidez o facilidad. Aunque también lo es. 

Sino fundamentalmente de acceso a servicios básicos que cada uno de los Estados es responsable de brindar a sus connacionales.

Adicionalmente, el asunto debe pasar por una valoración del orden cualitativo. Y ésta se refiere a las condiciones personales en las que las y los ciudadanos latinoamericanos se conectan a la Red.

Hacerlo pepenando redes de otros, en medio del bullicio de un cibercafé, al aire libre en un parque, les otorga la conexión como tal.

Pero esas condiciones no son los suficientemente óptimas para gozar plenamente de la información y posibilidades comunicacionales que Internet ofrece.

La carencia del servicio en el hogar, dificulta, por no decir imposibilita que un número muy grande de latinoamericanos y caribeños puedan leer, escribir, investigar, disfrutar, en fin, construir un espacio personal con el mundo a través de Internet. 

Se conectan, sí; pero con penuria, y, sobre todo, falta de un espacio propio, ya no digamos íntimo. 

Derecho al que tienen, por supuesto.


El autor preside AlfabetizaDigital A.C.
@atenoriom



lunes, 24 de julio de 2017

Internet y credibilidad en América Latina

Requiere Latinoamérica canales confiables en Internet

Presentada en la Conferencia de Ministros sobre Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe, la información es revelador, de todos los tipos de contenido que los habitantes de la región consultan es el de Gobierno electrónico.

Redes sociales se lleva casi el 20%; Portales, poco más de 17%; Diarios y revistas, están en esa misma franja del 17%; Correo electrónico, roza el 12%; Blogs, casi alcanzan el 7%, por mencionar sólo los más notables.



De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), responsable de generar el informe para la Conferencia de Ministros, los sitios de Gobierno electrónico no llegan a representar el 2% de las consultas que latinoamericanos y caribeños realizan.

Tres son los elementos a considerar en la valoración de las plataformas asociadas a la noción de Gobierno electrónico: 1) Alcance y calidad de los servicios en línea; 2) Estado de la infraestructura de telecomunicaciones; y, 3) el capital humano inherente en la prestación que un gobierno ofrece.

Uno de los rubros más sensibles es, sin duda, el que representa la prestación del servicio de información veraz, oportuna y confiable que todo Gobierno con una base democrática está obligado a brindar.

¿Y si, como todo parece indicar, no es a través de las fuentes oficiales, entonces, habría que preguntarse, dónde se informan los latinoamericanos y caribeños que participan de Internet?

La respuesta está en las redes.

Con casi 79% en relación con la población total que tiene acceso a Internet, América Latina y el Caribe destaca como la región en la que un mayor porcentaje de su “población digital” es y hace parte de la vida en redes sociales.

Adicionalmente, los latinoamericanos y caribeños ocupan el primer sitio en cuanto a tiempo por cada visita: 17 minutos.

Interesante es, en este contexto, resaltar cómo, según la CEPAL “El uso de redes sociales no está directamente vinculado a los niveles de ingreso. 

Así, México, la Argentina, el Perú, Chile y Colombia están entre los diez países del mundo con mayor porcentaje de usuarios de las redes sociales”.

Para CEPAL, “la reducción de los precios del hardware y del acceso a Internet y la globalización de patrones de consumo explican esta uniformidad y el crecimiento del número horas destinadas a estas actividades en la región”.

Bajo esta combinación de factores se comprende, así sea de manera parcial, la poca atención o incredulidad que genera la información que proviene de fuentes oficiales.

Habituada a los formatos, la lógica y los encadenamientos de hechos que las redes generan por sí mismas, aunado, a la baja confiabilidad con la que las propias fuentes oficiales cuentan, dan por resultante un caldo de cultivo donde las fake news, por más absurdas que puedan sonar, gozan y viven a sus anchas.


Canales confiables que hagan contrapeso a las noticias falsas, y cuya credibilidad no esté puesta en duda, es un caudal preciadísimo hoy. 

Se trata de medios que se tornan en brújulas irreemplazables en la carta de navegación de toda sociedad democrática en la actualidad. 

lunes, 17 de julio de 2017

El valor estratégico de los datos que genera Internet


¿A dónde van a parar los datos que generan en Internet los latinoamericanos?


Es indudable que aun en las regiones que presentan mayor rezago en la expansión de Internet, como África o algunos países en América Latina y el Caribe, el uso de tecnologías digitales crece aceleradamente.

Este uso, a su vez, genera datos en lo que se llama tiempo real. Éstos se multiplican a una velocidad y en una cantidad que rebasa la capacidad, de por sí, limitada de los países donde se generan.

Lo anterior significa que tanto la actividad cotidiana como aquella que es especializada, incluida la que corresponde a las entidades públicas y de gobierno y a las industrias nacionales, produce información y conocimiento, es decir, datos, cuyo valor estratégico se torna más importante cada día.

Tal y como señala la CEPAL: “A diferencia de las fuentes tradicionales, en las que los datos se recogen para uno o pocos fines específicos, en el campo de los grandes datos, los que se utilizan fueron generados con otros propósitos y son reutilizados con fines no previstos al generarse el dato. Por ello, el concepto de reuso es fundamental”.

El problema, uno de los problemas mayores, que enfrenta la región latinoamericana y el Caribe es doble. Por una parte, carece de la capacidad para almacenar esa información. Por otra, no tiene tampoco los recursos para trabajar sobre su organización.

Hace apenas media década, la concentración de los datos que la revolución digital ha traído consigo, era alarmante.

Sólo Estados Unidos, por sí mismo, alberga más de la tercera parte de los datos que se producen. Muy atrás, le siguen los países con mayor desarrollo en Europa, con el 19%, China con el 13% e India con el 4%.

El porcentaje que representa el acervo del que Estados Unidos dispone, el 32%, es igual al que tiene para sí el resto del mundo, excluidos los países que se mencionan en el párrafo anterior.

Esto quiere decir que el acervo mundial de datos presenta una evidente concentración del 32% de los datos en una sola nación (Estados Unidos), el 17% entre dos (China e India) y el 19% entre tres o cuatro (Gran Bretaña, Francia, Alemania y, quizá, Italia, no más).

El resto del mundo, donde se cuenta, desde luego, a nuestra América Latina y el Caribe, además del resto de Europa, África por completo, y Oceanía en su conjunto, se distribuyen un 32%. Incluidos países como Canadá y Australia.

En 2015, la ONU, ante esta realidad, emitió un llamado al que nombró: “Un mundo que cuenta: la revolución de los datos para lograr un desarrollo sostenible”.

CEPAL lo expresa de esta forma: “La preocupación por desarrollar mecanismos que permitan a los países más rezagados acceder a los grandes datos, evitando la aparición de una nueva brecha digital, es correcta, particularmente si se considera el poco peso de las regiones en desarrollo en el total de datos almacenados, en el que los Estados Unidos y Europa Occidental contaban con un 51%, cifra que sube a un 64% si se agrega China”.


El valor estratégico de los datos puede fortalecer, en efecto, las posibilidades de que el uso de éstos contribuya a las tareas de un desarrollo sostenible, en particular para las regiones de mayor rezago. 

O puede, como ha sido hasta ahora, ahondar la brecha y acrecentar la vulnerabilidad de los países que mayores carencias tienen. 

lunes, 3 de julio de 2017

Confirman consumos de Internet, gusto por lo extrarregional en AL


Con una clara tendencia a creer más en la información que fluye por las redes sociales, y a preferir contenidos producidos fuera de la región, Latinoamérica y el Caribe crecen en sus posibilidades para acceder a Internet.


Entre 2006 y 2014 la penetración de Internet en América Latina y el Caribe, aumentó en 142%.

De acuerdo con el Informe de la CEPAL sobre consumos digitales, vale la pena destacar algunos indicadores en este renglón. Dos elementos sobresalen al respecto.

Por un lado, el bajo, muy bajo, uso que registran aún los servicios tanto de Gobierno electrónico con menos del 2%, y de los de la banca electrónica con apenas 3.3%. 

Por otro, sobresale el hecho de que los consumos de contenidos se produzcan fuera de la región, con Google y sus distintas plataformas a la cabeza.

Youtube, Google search, entre otros, los contenidos que ofrece Google, con casi 170 millones de visitantes únicos por mes, son los preferidos de los usuarios en línea latinoamericanos. 

Seguidos por los 144 millones que con datos de 2014, tenía ya Facebook en la región. Mientras que MSN, Bing y otros servicios y contenidos del gigante Microsoft, cuentan en Latinoamérica y el Caribe con casi 130 millones de visitantes únicos de manera mensual.

La conclusión de la CEPAL en este rubro señala que “aunque el perfil de consumo en línea en América Latina es similar al de las economías avanzadas, existe una importante diferencia en relación con el origen del servicio consumido. 

Mientras que, en países como China, la Federación de Rusia, el Japón y la República de Corea, los usuarios de Internet se conectan prioritariamente a sitios locales, en la región se accede mayoritariamente a sitios extrarregionales, como los de Google, Facebook, Microsoft, Yahoo y Wikipedia”.

Aún más paradójico resulta el consumo de contenidos producidos fuera de la región, cuando se constata que el principal uso que se le da al acceso de Internet está asociado a las redes sociales.

Más de la quinta parte del tráfico de Internet registrado en Latinoamérica, es decir, el 20%, corresponde a distintas redes sociales.

Entre éstas, el comercio electrónico y los sitios de revistas y periódicos, al menos hasta hace un par de años, representaban los tres afluentes con mayor porcentaje consumo.

Al hacer la comparación entre los sitios de Gobierno electrónico, que constituyen por ellos mismos las fuentes de información oficiales, y el de las redes sociales, sujetos en cuanto al soporte de veracidad de sus contenidos, a los flujos de un ánimo social siempre volátil, el dato es estremecedor.

El consumo de las redes sociales en América Latina es 20 veces mayor que el de los sitios que cada gobierno latinoamericano pone a disposición de sus ciudadanos.


Hay una arrasadora preferencia a adherirse a los canales informales para el flujo de información, por parte de ciudadanos que poco acuden a las fuentes oficiales, y cuya preferencia en contenidos sigue inclinándose por lo que se produce fuera de sus propios referentes.

@atenoriom
antoniotenorio.com

El autor es fundador y preside ad honorem la iniciativa AlfabetizaDigital A.C.

sábado, 17 de junio de 2017

Romper inequidades, reto mayor de Internet en AL


Va rápido; pero es lento. Se extiende; pero no de la misma forma para todos.

Internet no deja de crecer en América Latina. De acuerdo con las mediciones quinquenales que la CEPAL ha venido haciendo sobre el nivel de acceso a Internet en Latinoamérica, éste muestra un crecimiento sostenido de 10% anual, en relación con los países que forman la OCDE.

Dos elementos completan esta visión de conjunto. Como bien se sabe, el acceso no es lo único. Especialmente en sociedades en las que imperan indicadores de desigualdad en la distribución del ingreso tan preocupantes.

Los otros dos elementos a considerar son, por un lado, el servicio, y, por el otro, la relación de accesibilidad que mantienen las poblaciones urbanas, donde suelen concentrarse los estratos más educados y con mayor poder adquisitivo, en relación con acceso y servicio que recibe la población que vive en zonas rurales .



Los primeros datos son positivos. Entre un quinquenio y otro, informa CEPAL, el crecimiento global de hogares que tienen acceso a Internet creció en más de un 14%, en promedio. Lo que supone que cruzar la línea imaginaria de la mitad está cada vez cerca.

Al momento en que CEPAL realizó la medición, un 43.4% de los hogares en América Latina y el Caribe contaban con una conexión a Internet. Lo que significó, para ese momento, casi el doble de los que se tenían registrados en 2010.

En términos absolutos de población, en cambio, se ha rebasado ya la cifra de la mitad, y el indicador se ha situado, cinco años después de 2010, en casi 55%.
Sin embargo, aunque se avanza, se reproducen los problemas de calidad en los servicios y falta de equidad en la accesibilidad que en todos los ámbitos presenta la región.

Así, CEPAL señala que ningún país latinoamericano ni del Caribe logró presentar al cerrar el quinquenio velocidades mayores a 15 mbps, en al menos el 5% de las conexiones totales por nación.

En materia de la brecha que se observa entre el acceso y calidad de los servicios entre las áreas urbanas y las rurales, la lista la encabeza Bolivia, donde el diferencial alcanza hasta los 41 puntos porcentuales en penetración de Internet.

Acceso que crece de manera desigual, sin grandes capacidades para brindar un servicio eficiente y equitativo, habrá de ayudar menos de lo que debiera a superar rezagos e inequidades que son, tristemente, sello de la historia de la región.   


Fuente: http://www.infobae.com/america/america-latina/2016/09/13/informe-cepal-crecio-el-uso-de-internet-en-america-latina-pero-sigue-con-baja-velocidad/

@atenoriom
antoniotenorio,com

El autor preside Ad honorem la Asociación civil AlfabetizaDigital, desde 2015

sábado, 1 de abril de 2017

Expansión Digital Móvil en America Latina

conectividad digital portátil



Los celulares, convertidos en smartphones, se han convertido en el cromosoma móvil, que multiplica y expande, la vida y cultura digital en América Latina.

La penetración de Internet en la última década ha crecido en casi un 150% en los últimos siete años.

Este crecimiento está relacionado con el aumento de la penetración de la telefonía móvil como plataforma de conexión a la red.

La región no ha crecido de forma simétrica. Y las diferencias entre las naciones latinoamericana en este ámbito sigue siendo preocupante.


(Fuente: https://www.marketingdirecto.com/marketing-general/latinoamerica/america-latina-hogar-155-9-millones-usuarios-smartphones)

El cambio de modelo en estos años es evidente.

El teléfono móvil se consolida claramente como la plataforma preferida de acceso a Internet para los latinoamericanos y caribeños.

Al grado de que para durante los últimos tres años, menos del 15% del acceso a Internet en América Latina y el Caribe se realizaba mediante una computadora personal.

Se diría que el computador como medio de acceso a la red va de salida, si es que alguna vez tuvo entrada, claro.

Entre 2013 a 2016 hay países como México, Venezuela, Brasil y Chile en el que la conexión a Internet valiéndose de teléfonos móviles llegó a crecer al 100% o incluso más.

(Fuente: http://www.pwc.com/mx/es/publicaciones/alianza-pacifico/digital.html)

Tan solo Brasil contaba en 2014 con más de 133 millones de conexiones vía teléfonos inteligentes. Lo que supone una cobertura del 92% de su población.

La pregunta, sin embargo, está ahí: Qué hacer y pronto para que los países que han vivido siempre rezagados no se rezaguen aún más.


Ese es el reto.

Antonio Tenorio es sociólogo, escritor, conferenciasta. Fundador y Presidente Honorario de AlfabetizaDigital A.C
www.antoniotenorio.com